En
un principio suena bien. Aunque
nos guste mas como estaba la ribera de la ría en el año 1944 a su paso por Junqueras, como muestra la foto.
Una
vez hecho el deslinde del dominio
público marítimo terrestre, parece razonable que se analice algún proyecto que
sirva para mantener y cuidar la ribera
de la ría lo mejor posible y darle un uso público para que se disfrute con el
menor impacto posible.
La
idea general de recuperación de la servidumbre de transito y centrar en un
ancho de paseo máximo de 2,5 metros confirma la sensación de que el proyecto
esta orientado hacia unas mínimas actuaciones sobre el entorno, a recuperar los
antiguos caminos de sirga y a proteger el lado exterior,
el de acceso a la ría, de actuaciones
y agresiones futuras.
Es
una pena no poder hacer nada contra actuaciones
urbanísticas desafortunadas que han
privatizado entornos demasiado cercanos a la ría pero delimitarles su acceso y
evitar futuras intervenciones hacia la ría me parece obligatorio con el
proyecto que se plantea. Considero que hoy en día es mejor ordenar y facilitar
su disfrute mediante circuitos establecidos ad-hoc dejando protegido el resto,
que facilitar el destrozo indiscriminado.
Como
siempre la concepción inicial general de estos proyectos está bien planteada.
Hay que ver como se plasma en la realidad y como es su funcionamiento general.
Para ello hay que incidir en sus objetivos finales, con educación o con
información que regule su funcionamiento, como la definición de la prioridad
del peatón sobre las bicis, la interpretación de los valores naturales de la
zona y hasta implantación de sanciones por usos, accesos indebidos o daños a
las instalaciones.